El pasado fin de semana, el centro de los Nuggets de Denver Nikola Jokic y Mat Ishbia, propietario de los Phoenix Suns, tuvieron un altercado. Jokic se dirigió hacia donde estaban Okogie y el balón para intentar montar una oportunidad de ruptura rápida 5 contra 4 para Denver, sin embargo, el balón estaba en manos de Ishbia quien termino recibiendo la agresión de Jokic. 

Por fortuna, la mala “vibra” que podía quedar entre ambos, quedo atrás.

Antes del quinto partido, el pívot serbio se acercó a Ishbia y le ofreció una ofrenda de paz en forma de balón de baloncesto. Ambos compartieron un abrazo antes de que Jokic volviera a calentar en la pista.

Pero, al parecer, el Joker estaba pensando en algo más. La estrella de los Nuggets bromeó diciendo que también quería una compensación económica.

 

“No tengo nada contra él”, dijo Jokic. “…Sólo quería divertirme al menos un poco. Y esperaba que pagara mi multa [de 25.000 dólares], pero no”.

Nikola Jokic logró eludir una suspensión por su empujón a Mat Ishbia en el cuarto partido, pero fue sancionado con la multa de 25.000 dólares que intentó que el propietario de los Suns pagara.

Mientras tanto, en las redes sociales se analizaba el caso tratando de juzgar si Ishbia se había derrumbado o no tras recibir el ligero empujón de la estrella de los Nuggets. Pero incluso un codazo ligero de un gigante de 2 metros y 280 libras como Jokic puede resultar sísmico para un hombre que mide y pes 3 veces menos que el jugador.

Pero si Mat Ishbia no estaba dispuesto a hacer frente al impuesto que se le impuso antes del partido, seguro que no lo haría después, cuando Jokic lideró a los Nuggets a una victoria por 118-102. El dos veces MVP aportó 29 puntos, 13 rebotes y 12 asistencias para empujar a los Suns a un agujero de 3-2 al borde de la eliminación. 

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