La secretaria general adjunta de Asuntos Políticos de la ONU, Rosemary DiCarlo, declaró que actualmente la vida en Ucrania “sigue siendo un infierno” después de 500 días de guerra, en lo que han perdido la vida casi 10 mil civiles y otros 16 mil han resultado heridos.
Ante el Consejo de Seguridad de la ONU, DiCarlo aseguró que hay cerca de 6.3 millones de refugiados ucranianos cuyo retorno voluntario no es posible por el estado actual de la nación, la cual se ha transformado en uno de los territorios más minados del mundo, razón por la que la ONU está ayudando a retirar más de medio millón de minas terrestres y piezas de artillería sin explotar.
También aprovechó para denunciar las rutinarias detenciones arbitrarias a civiles y las violaciones de derechos como desapariciones forzadas, torturas, malos tratos y violencia sexual.
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“Pedimos que se ponga fin a la detención arbitraria de civiles y que se libere de inmediato y en condiciones de seguridad a todas las personas detenidas arbitrariamente. Las víctimas deben disponer de recursos efectivos”, pidió DiCarlo.
Ucrania se convirtió en 2022 en el país con más niños muertos y mutilados, con 537 muertos y mil 117 heridos, según datos de la misma ONU.
“Estas son sólo cifras confirmadas. Es probable que el número real de víctimas sea considerablemente mayor”, ha señalado DiCarlo,
De igual manera, DiCarlo señaló que “ningún lugar es seguro” en Ucrania a causa de los constantes bombardeos sobre infraestructura civil, algo que es “indefendible” y está considerado “estrictamente prohibido” por el Derecho Internacional.
DiCarlo consultó a expertos del Organismo Internacional de Energía Atómica sobre la central nuclear de Zaporoyia, quienes escucharon explosiones a poca distancia de la central, y calificó como “inadmisible” cualquier amenaza tanto de uso de armas nucleares como de poner en peligro la seguridad de centrales nucleares.
