La Fórmula 1 tiene un problema con las carreras bajo la lluvia; a altas velocidades, los autos arremolinan demasiada agua, lo que significa que los perseguidores conducen en el campo como en una cortina de spray de agua, así que la visibilidad delantera se ve gravemente afectada y el riesgo de accidentes aumenta.
La introducción de neumáticos más anchos en la temporada 2017 aumentó el rocío; obviamente, el problema ha aumentado desde la última temporada debido al efecto suelo de los coches de carreras, porque los carros irradian el agua hacia arriba al igual que el aire.
Los responsables de la categoría reina buscan febrilmente una solución para reducir las salpicaduras con el fin de volver a mejorar la visibilidad y volver a hacer posibles las carreras bajo la lluvia sin peligro.
Los guardabarros sobre las ruedas traseras podrían venir al rescate en este caso; deben evitar que el agua desplazada por los neumáticos traseros de 405 milímetros de ancho salpique hacia arriba y hacia atrás.
Schumacher conduce prueba de lluvia
La Fórmula 1 realizó un primer test en la semana posterior al GP de Gran Bretaña.
En Silverstone, Mercedes y McLaren se comprometieron a participar; y el piloto de reserva Mick Schumacher condujo el W14 con guardabarros sobre las ruedas traseras.
Mercedes había construido los primeros prototipos de los llamados “Spray Guards” después de que la FIA hubiera realizado simulaciones, y luego pidió a los diez equipos sugerencias para mejorar.
Oscar Piastri condujo el McLaren por la pista mojada, el MCL60 no tenía guardabarros para proporcionar una comparación entre lo actual en simulación con los guardabarros.
El resultado: La prueba de lluvia con las cubiertas fue un fracaso, todavía había demasiado spray, y según los observadores, la estética de los guardabarros dejaba mucho que desear. La asociación mundial FIA aún no ha publicado imágenes de la prueba.
Los reguladores están en un aprieto; experimentaron en Silverstone con guardabarros que no cubrían completamente los neumáticos traseros, como sí lo hacen en categorías como la LMP2, estos realmente no podían contener el agua y, además, la distribuían en diferentes direcciones.
Ninguna de las modificaciones trajo resultados satisfactorios: “Todavía no estamos donde queremos estar”, dicen en círculos de la FIA.
Por otro lado, fue solo la primera prueba; con la experiencia adquirida, podrían surgir mejores soluciones en el futuro.
El problema de la aerodinámica
Por supuesto, también serían posibles cubiertas que fueran tan anchas como los propios neumáticos, pero eso crea problemas adicionales con la aerodinámica, porque la carga aumenta automáticamente cuanto mayor es el área.
Los ingenieros quieren evitar cualquier factor disruptivo que pueda afectar negativamente el flujo de aire.
Hay bastantes en el paddock que, por lo tanto, son pesimistas sobre el futuro de las carreras en mojado, especialmente en pistas de alta velocidad.
En caso de que más pruebas de lluvia aún brinden un gran avance, los guardabarros se incluirían como una parte estándar en las regulaciones. Cada equipo tendría que construirlos ellos mismos de acuerdo con especificaciones uniformes.
La dirección de carrera decidiría bajo qué condiciones se utilizarían, un ejemplo: en caso de fuertes lluvias con poca visibilidad, todos estarían obligados a levantar las “protecciones contra salpicaduras”; incluso si las cosas mejoraron, se quedaron con el auto hasta el final de la carrera.
La FIA dijo en un comunicado:
“La primera fase de las pruebas de campo para el paquete de clima húmedo se completó con una versión del guardabarros instalado en un Mercedes. Se utilizó un McLaren como vehículo de referencia para evaluar el concepto y brindar información para el desarrollo futuro del proyecto”. Continúa: “Esta prueba en la pista proporcionó valiosos datos de correlación de CFD, así como buenos comentarios de los conductores. Ambos se utilizarán para refinar tanto la metodología como el diseño para la fase 2 de este proyecto”.
