En un comunicado oficial, la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) ha anunciado que el mes de julio de 2023 ha establecido un nuevo récord como el más cálido desde que se inició el registro térmico en 1880.

Los expertos del Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA (GISS, por sus siglas en inglés), con sede en la urbe de Nueva York, han emitido una alerta alarmante al confirmar que julio del presente año se distingue como el mes de mayor calentamiento en la serie histórica de mediciones de temperaturas globales.

El análisis exhaustivo de los registros climáticos revela que los cinco julios más calurosos desde 1880, año en que se instauraron estas mediciones, han acontecido en los últimos cinco años; la culminación de esta tendencia se refleja en el año 2023, que se alza como el de temperaturas más elevadas jamás registradas.

Los datos derivados de la investigación efectuada por los científicos del GISS indican que el mes de julio de 2023 ha experimentado un incremento térmico de 1.1 grados Celsius con respecto a la temperatura promedio registrada durante el período comprendido entre los años 1951 y 1980.

Aunque este aumento pudiera parecer sutil, especialmente dado el carácter caluroso inherente a dicho mes, su magnitud no puede ser subestimada.

Las mediciones de temperaturas consideradas como “normales” en una determinada región se definen con base en un registro acumulado de varias décadas, habitualmente abarcando un lapso de 30 años. En este sentido, los resultados de la presente investigación ponen en evidencia cambios innegables en la temperatura a lo largo de un extenso período, ilustrando de manera incontestable las anomalías climáticas que emergen a lo largo de los años.

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Por ende, los datos recopilados disipan cualquier controversia relativa al aumento de temperaturas que la totalidad del planeta Tierra está experimentando en la actualidad: esta tendencia es una realidad palpable y ya se encuentra en curso.

La NASA resalta que el análisis específico de diversas regiones exhibe cifras aún más inquietantes: en áreas geográficas como Latinoamérica, África del Norte, América del Norte y la Península Antártica, las elevaciones térmicas han llegado a alcanzar hasta 4 grados Celsius (7.2 grados Fahrenheit).

Las consecuencias de esta extraordinaria calidez se han sentido de manera aguda en el último mes y, lamentablemente, han comenzado a convertirse en situaciones recurrentes en los últimos años: alertas sanitarias, agitación social y una multiplicidad de enfermedades y pérdidas de vidas directamente atribuibles al calor extremo.

No obstante, estas circunstancias son meramente un capítulo continuo en un proceso más amplio de cambio climático al que la población mundial se halla expuesta debido a la intensa actividad humana y que es impulsado de manera persistente por las emisiones de gases de efecto invernadero.

Katherine Calvin, Jefa Científica y Asesora Principal en Asuntos Climáticos en la sede central de la NASA, alerta con palabras reveladoras acerca de lo que depara el porvenir: 

“Los impactos del cambio climático están afectando a las comunidades y a los ecosistemas en todo el planeta, y anticipamos que muchos de estos efectos se intensificarán conforme avance el calentamiento global”.

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