El gobierno talibán en Afganistán ha implementado una prohibición que impide la entrada de mujeres al Parque de Band-e-Amir, un sitio reconocido como Patrimonio Mundial por la UNESCO y un destino turístico popular para familias, gracias a sus impresionantes lagos ubicados en la provincia de Bamiyán.
Esta decisión se basa en el argumento de que muchas de las visitantes no cumplían con el uso del velo obligatorio o hiyab, y además sostienen que el turismo no es un derecho.
Estos acontecimientos han generado críticas por parte de organizaciones internacionales y han desencadenado un debate en torno a esta medida.
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La restricción impuesta por el régimen talibán ha suscitado preocupación y debate en la comunidad internacional, ya que afecta el acceso de las mujeres al parque y plantea interrogantes sobre la igualdad de género y los derechos de las mujeres en Afganistán bajo el nuevo régimen.
“No contentos con privar a las niñas y mujeres de la educación, el empleo y la libre circulación, los talibanes también quieren quitarles los parques y el deporte y ahora incluso la naturaleza”, explicó la directora asociada de Derechos de la Mujer de HRW, Heather Barr.
Las críticas hacia esta medida se basan en la limitación de las libertades individuales y en la percepción de que se están erosionando los avances previos en términos de derechos y participación de las mujeres en la sociedad afgana.
“Paso a paso, los muros se cierran para las mujeres, cada casa se convierte en una cárcel”, agregó, calificando esta decisión de “cruel” y “totalmente deliberada”.
