En asociación con Crypto.com, el piloto del equipo Aston Martin de Fórmula 1, Fernando Alonso, habla sobre su mayor temor: lidiar con el fracaso y cómo estar un paso por delante de sus rivales mientras explora su afinidad con los antiguos samuráis feudales de Japón.

La definición de valentía, al igual que la valentía misma, puede ser difícil de encontrar; la imprudencia es un impostor, que con demasiada frecuencia se confunde con la valentía, la disciplina y la compostura son lo que importa cuando se ponen a prueba tus nervios, cuando te levantas y luchas por las cosas y las personas que te importan frente al miedo.

“La valentía es cuando vas a la batalla y no hay ni un uno por ciento de tu cabeza que piense que vas a fracasar”, afirma Fernando. 
“Usas ese hambre y ese sentimiento competitivo que tienes dentro para atacar realmente más fuerte que antes. Es la única manera de encontrar lo que hay dentro de ti y lo que te llevará a la mejor versión de ti mismo”.

Honesto. Perspicaz. Inspirador… 

En una entrevista íntima y esclarecedora, Fernando habla sobre sus miedos, cómo lidiar con el fracaso y cómo estar un paso por delante de sus rivales mientras explora los paralelos entre la cultura samurái y su propia vida, revelando los principios que impulsan él hacia adelante. 

Fernando, ¿cuál es tu conexión con la cultura samurái? 

Creo que un piloto de carreras y un samurái están muy vinculados: disciplina, confianza en uno mismo, sin miedo, luchamos por un solo objetivo, que es ganar.

Incluso morir [para los samuráis] era un privilegio, no un miedo. Como piloto de carreras, en cualquier vuelta, en cualquier momento, en cualquier curva, hay peligro. Hay que estar preparado para cualquier cosa que pueda pasar. Tienes que entrenar. Tienes que estar preparado.

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Creo que los samuráis aprovecharon ese mismo espíritu y utilizaron esa disciplina para convertirse en una mejor versión de sí mismos. Ya sea una carrera o una batalla, esa disciplina es clave para estar más preparado que el día anterior.

Mencionaste el miedo. ¿Qué temes? 

Mi mayor temor es no hacerlo bien, no cumplir, no ganar.

Vamos a una nueva carrera, a un nuevo país, y hay muchas expectativas. Tengo 750 personas detrás de mí en el equipo Aston Martin F1, produciendo el mejor coche posible.

Hay 20 personas haciendo nuestras paradas en boxes, cambiando neumáticos en menos de tres segundos. Están los ingenieros, están los estrategas.

Todos están haciendo todo lo posible para ponerme en la mejor posición posible y mi mayor temor es no cumplir con lo que la gente espera de mí.

¿Alguna vez has sentido que no has cumplido con lo que se esperaba de ti? 

Hay muchos momentos dentro del auto en los que sientes que alguien fue mejor que tú y no fuiste capaz de reaccionar. Pero, como piloto de carreras, utilizas ese hambre que llevas dentro (ese espíritu competitivo) para atacar con más fuerza que antes.

¿Alguna vez dudas de ti mismo? 

El miedo al fracaso afecta tu desempeño, puede hacerte más lento. Cuando estás liderando la carrera y a 10 vueltas de la bandera a cuadros pero hay alguien más rápido detrás de ti, es natural empezar a pensar: ‘¿Qué pasa si pierdo esta carrera? ¿Qué pasa si me adelantan en la última vuelta?’

Esos pensamientos nunca son útiles: limitan tu capacidad para desempeñarte y ser la mejor versión de ti mismo, así que trato de cancelarlos. Hacer esto es una especie de valentía: tener la fuerza mental para distanciarse de cualquier pensamiento de fracaso.

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¿Cómo lidias con la decepción? 

La vida se trata más de fracaso que de éxito, y hay que lidiar con eso para volver más fuerte. Se necesita disciplina. Debes estar preparado para analizar tus fracasos y aprender de tus errores; así es como te convertirás en una mejor persona.

No debes ver el fracaso como una derrota; el fracaso y el deseo de volver del fracaso es una fuente de motivación.

Los samuráis aprovechan ese fracaso en la batalla, ese hambre que llevas dentro, para entrenar más duro y llegar a la siguiente batalla –o a la siguiente carrera– un poco más preparados.

¿Puedes prepararte para todo? 

Es imposible estar preparado para todo; parte de crecer como persona es aceptar que no siempre estarás completamente preparado, no siempre serás perfecto.

Es muy difícil estar preparado al 100 por ciento para cada fin de semana, cada carrera, cada vuelta, pero si estás al 99,9 por ciento todo el tiempo, estarás un paso por delante de los demás.

¿Qué te mantiene castigado? 

En la Fórmula 1 vivimos en una burbuja. No es una vida normal. La vida real es cuando vuelves a casa y estás sentado a la mesa con tus padres y abuelos y hablas de cosas muy simples; ese tipo de momentos me ayudan a reiniciar. 
La familia me ayuda a mantener los pies en la tierra.

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