Desde el sitio de Formu1a.uno se informa que la escudería de Maranello, Ferrari, ha mostrado el interés de apoyar la entrada de Andretti Formula Racing a la F1; incluso tras la ‘retirada’ de Alpine para suministrar sus Unidades de Potencia, los tifosi expresaron reforzar ese apartado al equipo estadounidense.
Este aparente acercamiento surge a raíz de la finalización del acuerdo con Sauber, ya que será motorizado por Audi a partir de 2026; y para reforzar también su peso político dentro del circo al tener 3 equipos motorizados: Ferrari, Andretti y Haas.
No es ningún misterio que la Fórmula 1 atraviesa un momento dorado en cuanto a dividendos financieros: las acciones de Liberty Media –propietaria del grupo Fórmula 1– no han hecho más que subir desde la pandemia; pasaron de cotizar en 2020 a 20 dólares por acción, a hoy rondar los 70 dólares.
Con el curioso detalle de que desde el anuncio de la entrada de Andretti el valor ha aumentado de 62 dólares a 68 dólares en poco tiempo; resultando en una capitalización de 27 mil millones de dólares.
Andretti Global recibió un resultado positivo por parte de la FIA, no podía ser de otra manera dado el compromiso histórico de la familia Andretti en muchas categorías alrededor del mundo.
El presidente Mohammed Ben Sulayem no dejó de añadir presión al señalar que el interés de la Federación es tener “más coches en pista y menos carreras”; algo que choca con los objetivos que persigue la FOM.
Mientras tanto, la pelota ha pasado al jefe de la F1, Stefano Domenicali, pero de momento no parecen darse las condiciones para resolver la cuestión ‘por la fuerza’, ni rechazando ni admitiendo al undécimo equipo, la cuestión central afecta a todos los equipos y se refiere (también) a la dilución del importe de la inscripción.
Actualmente el Acuerdo de Concordia de 2020 prevé un reparto de 20 millones para cada actor, pero la entrada de un equipo costaría a los presentes una reducción de esta ‘tajada’ que oscila entre 5 y 10 millones, lo que disgusta a los accionistas, o sea el resto de equipaciones de la parrilla.
Son razonablemente pocos, pero se puede argumentar que Andretti no escribió las reglas. La escudería estadounidense ha manifestado que no tiene ningún interés en entrar en la F1 a través de acciones legales, sabiendo muy bien que las buenas relaciones políticas son esenciales para el éxito de sus objetivos futuros.
El tema de la motorización es fundamental para el ingreso de Andretti
La entrada de un nuevo equipo también debe estar condicionada por la oferta del motor y, ciertamente, de la caja de cambios, ya que hasta 2025 las unidades de potencia serán las mismas, sin cambios en la arquitectura.
Después del brutal cambio en la cima de Alpine, Renault quiere centrarse en la nueva unidad de potencia que se introducirá a partir de 2026, con la esperanza de recuperar una brecha actualmente significativa con Ferrari, Honda y Mercedes.
Es así que los objetivos han cambiado – confirmó el director del equipo e ingeniero Bruno Famin – que se mostró bastante frío en las últimas declaraciones: “puede que Renault se vea obligado a suministrar a Andretti, pero no es lo ideal”. Por lo tanto, este último también debería buscar otras fuentes, pero Mercedes siempre no se ha mostrado convencida de ampliar el circo.
No es despreciable que con un undécimo equipo el equilibrio político cambiaría, elevando la mayoría de votos a 6 contra 5 en las distintas comisiones. Lo cual sería bueno en caso de un punto muerto y malo para el trabajo de la diplomacia.
Red Bull Powertrains podría suministrar a otros equipos, pero no es seguro que pueda hacerlo ya en 2026, ya que tendrá que gestionar dos equipos a la vez; además, GM es un competidor directo de Ford y la acción podría ser muy compleja.
Ferrari se ha mantenido bastante neutral y no se opone a la entrada en las condiciones adecuadas; actualmente Maranello ha perdido suministro a largo plazo y Sauber se está convirtiendo lentamente en Audi. Puede que esté muy interesado en proporcionar un tercer equipo, considerándolo uno de los pasos necesarios para reconstruir su peso político, que se ha reducido considerablemente en los últimos años.
