La Scuderia Ferrari y sus pilotos están listos para lucir colores especiales para el tan esperado regreso de la Fórmula 1 a Las Vegas, Estados Unidos. Han pasado 41 años desde la última vez que la ciudad más grande del estado de Nevada acogió un Gran Premio, celebrado en una pista del aparcamiento del famoso Caesars Palace.

En 1982, el calendario de la Fórmula 1 ya incluía tres pruebas en Estados Unidos, como este año, lo que confirma el reciente aumento de popularidad de este deporte, el auge que se debe al trabajo de Liberty Media, titular de los derechos comerciales del campeonato y la exitosa serie de Netflix, ‘Drive to Survive’.

El resultado es una segunda edad de oro en los Estados Unidos que, junto con la carrera bien establecida en Austin, vio a Miami agregada al calendario en 2022 y este año, Las Vegas albergará la primera carrera nocturna en los Estados Unidos, a partir del Sábado 18.

La Scuderia Ferrari ha participado en todos los años del campeonato mundial de Fórmula 1 y, por tanto, vivió esa primera época dorada de la categoría en América. En 1971, al volante del extraordinario Ferrari 312 B, el piloto estadounidense Mario Andretti ganó el Gran Premio de Sudáfrica, despertando el interés por este deporte en su país.

Siguiendo los pasos del italoamericano vinieron otros corredores, el neoyorquino Peter Revson y Mark Donohue, que corrieron en la serie predominantemente europea con el gran Roger Penske, que se convirtió en constructor de Fórmula 1 para aumentar sus éxitos en IndyCar.

Por aquel entonces también corrían otros grandes pilotos: Jackie Stewart, Emerson Fittipaldi, Niki Lauda, Jody Scheckter, Clay Regazzoni, James Hunt y Gilles Villeneuve, todas auténticas estrellas que impulsaron la popularidad del deporte, atrayendo a numerosos patrocinadores.

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En los nueve años comprendidos entre 1976 y 1984, se disputaron 19 carreras del Campeonato Mundial en Estados Unidos, junto con nueve eventos canadienses, lo que elevó el número total de Grandes Premios de América del Norte a 28.

Durante la primera época dorada de la Fórmula 1 en Estados Unidos, la Scuderia Ferrari disfrutó de algunos de los momentos más memorables de su historia, con Niki Lauda ganando dos títulos mundiales, en 1975 y 1977, con una victoria en Watkins Glen en 1975.

Clay Regazzoni se sumó a la cuenta , ganando en Long Beach en 1976, mientras que Carlos Reutemann triunfó en Watkins Glen en 1978. En 1979, Gilles Villeneuve consiguió un doblete americano con victorias en Long Beach y Watkins Glen con el ya legendario 312 T4.

En aquellos días, había mucho blanco junto al rojo en la decoración de Ferrari y este año, para el regreso a Las Vegas, la Scuderia decidió retomarlo, produciendo una decoración completamente roja y blanca para el SF-23.

La clave del éxito de este diseño especial fue la cooperación entre los socios de la Scuderia que aprobaron cambios en sus propios colores, especialmente Puma, que produjo una equipación del equipo completamente nueva específicamente para esta carrera.

Charles y Carlos también están felices de apoyar la iniciativa y por eso, para este evento, sus cascos siguen el tema con colores predominantemente rojo y blanco, al igual que los monos especiales de carrera.

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