DINOSAURIOS

Un reporte del microbiólogo, João Pedro de Magalhãe, divulgado por la revista Science Alert indica que los dinosaurios podrían ser la razón por la que no vivimos hasta los 200 años; una situación evolutiva y de supervivencia que nos llevó a desarrollar de manera distinta a la familia de los reptiles.

Desde el campo de la biología se sabe  que existe una marcada diferencia entre la rapidez de envejecimiento entre los mamíferos y los reptiles o anfibios; esta discrepancia, propone el científico, podría deberse al dominio de los dinosaurios millones de años atrás, durante un periodo coyuntural en la evolución de los mamíferos.

Según la hipótesis de Magalhãe (microbiólogo), existe algo llamado el “cuello de botella de la longevidad”, la idea es la siguiente: cuando los dinosaurios gobernaban la Tierra, era necesario que los mamíferos, mucho más pequeños, pudieran reproducirse rápidamente para poder sobrevivir, lo que significa que los genes para una esperanza de vida más larga pueden haber sido descartados a medida que avanzaba la evolución de dichas especies.

Esto provocó que algunos de los primeros mamíferos se vieran obligados a vivir hacia el final de la cadena alimentaria, y probablemente pasaron 100 millones de años durante la era de los dinosaurios evolucionando para sobrevivir mediante una reproducción más rápida a expensas de una estimación de vida más corta.

Ese largo período de presión evolutiva tuvo, según cuenta el microbiólogo, un impacto en la forma en que los humanos envejecemos.

Te podría interesar: DESCUBREN NUEVA ESPECIE DE DINOSAURIO EN EUROPA

La investigación señala que nuestros ancestros muy antiguos en el linaje de mamíferos euterios parecen haber perdido ciertas enzimas en la época de los dinosaurios, enzimas que reparan el daño causado por la luz ultravioleta.

Te podría interesar:  MATTHEW PERRY: EXNOVIA EXIGE INVESTIGACIÓN A DOCTORES POR RECETAR KETAMINA

Por ejemplo, los marsupiales y monotremas (unos como erizos) carecen de al menos una de las tres enzimas reparadoras de rayos UV, conocidas como fotoliasas; es difícil decir si esto está relacionado de alguna manera con su propia esperanza de vida relativamente más corta.

Una posibilidad es que la pérdida de dichas enzimas se haya debido a que los mamíferos se volvieron más nocturnos para estar más seguros de los depredadores reptiles, y millones de años después, lo estamos compensando con bloqueador solar.

Este es un ejemplo de un mecanismo de reparación y restauración que de otro modo habríamos tenido y que con el pasó del tiempo desaparecieron por las rutinas de supervivencia que tuvieron los mamíferos hace millones de años.

Otro ejemplo son los dientes: a ciertos reptiles, incluidos los caimanes, les pueden seguir creciendo dientes durante toda su vida; sin embargo los seres humanos, no pueden hacerlo; de nuevo, tal vez como resultado de una selección genética que se remonta a cientos de milenios.

Existen sus excepciones ya que varios mamíferos celebran cumpleaños de tres dígitos, incluidas las ballenas y los humanos; pero lo hacemos bajo las limitaciones impuestas por nuestros ancestros de vida más corta.

Y si de alguna manera hemos evolucionado para no vernos afectados por ellas, podría ser el objetivo de futuras investigaciones respecto a la longevidad humana y sus limitaciones genéticas.

Comprender más acerca de los factores detrás del envejecimiento siempre es útil para combatir las enfermedades relacionadas con la edad, y la genética detrás del “cuello de botella de la longevidad” podría tener más que enseñarnos aquí.

Te podría interesar:  DÍA INTERNACIONAL DEL PERRO: CAMPAÑA DE ADOPCIÓN EN QUERÉTARO

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *