El Gran Premio de Azerbaiyán marcó un revés para Max Verstappen en su temporada récord en la Fórmula 1, durante 2023, a pesar de un comienzo fuerte con dos victorias en las tres primeras carreras, Bakú presentó desafíos significativos para los pilotos de Red Bull Racing.
El RB19 de Verstappen enfrentó dificultades, con problemas de confiabilidad durante la clasificación en Arabia Saudita, colocándolo en el puesto 15 en la parrilla. En Bakú, el piloto holandés no solo tuvo que lidiar con la adaptación al circuito urbano, sino también con un nuevo formato de carrera, el Sprint Shootout, que generó controversia.
La jornada del Sprint no fue fácil, con Verstappen chocando con George Russell en la salida, dañando su pontón. Ferrari, bien adaptado al trazado, aseguró la pole del Sprint, mientras Verstappen, en desacuerdo con el formato, expresó su descontento.
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En la carrera principal, Verstappen lideraba cuando Nyck de Vries se estrelló, y Red Bull optó por una estrategia arriesgada al detener al piloto en la vuelta 10. Aunque el coche de seguridad favoreció a su compañero Sergio Pérez, quien mantuvo la delantera, Verstappen intentó recuperarse.
A pesar de sus esfuerzos, Pérez mantuvo a raya a Verstappen durante 37 vueltas hasta la vuelta 51. Al reconocer la derrota, Verstappen aprovechó la oportunidad para experimentar con el RB19, centrándose en los neumáticos y la configuración del coche.
“Está bien, eso es bastante interesante para las próximas carreras”, señaló Verstappen sobre sus aprendizajes en Bakú.
A partir de Bakú, Verstappen no sería derrotado en ninguna carrera hasta Singapur en septiembre, consolidando su temporada récord en F1 y demostrando la resiliencia ante los desafíos iniciales en Bakú.
