LíbanoHerzi Halevi, jefe de las Fuerzas Armadas de Israel.

El ejército de Israel no disminuye la intensidad de su ofensiva sobre el grupo islamista Hezbolá en Líbano. Este jueves, el país hebreo ha continuado con los bombardeos, los cuales han conseguido abatir a Mohammad Surur, uno de los jefes de la fuerzas aéreas de Hezbolá, organización considerada como terrorista por las potencias occidentales.

Además, el ejército israelí lleva días preparándose para una posible operación terrestre desde sus fronteras, según señaló Herzi Halevi, jefe de las Fuerzas Armadas de Israel. “Estamos atacando todo el día. Tanto para preparar el terreno ante una posible entrada, como para seguir atacando a Hezbolá”, declaró el teniente general ante los medios de comunicación. “La entrada allí con fuerza mostrará [a Hezbolá] lo que es encontrarse con una fuerza de combate profesional”, agregó.

Las consecuencias de una ofensiva terrestre

La situación actual en la frontera entre Israel y Líbano recuerda a la sucedida en la Franja de Gaza. La primera respuesta de Israel a la ofensiva de Hamás sobre su territorio el 7 de octubre fue una serie de bombardeos sobre Gaza. Sin embargo, conforme avanzaron los meses, el país hebreo comenzó con intervenciones terrestres, que no hicieron más que incrementar la intensidad del conflicto, al disparar el número de desplazados y hacer más grandes los daños en las ciudades.

Llevar los tanques israelíes a suelo libanés también traería consigo la intensificación del conflicto en esa región. Los bombardeos llevados a cabo hasta el momento han provocado daños a gran escala, con más de 500 bajas y miles de desplazados. Sin embargo, como la experiencia en Gaza lo avala, el margen para ir a peor aún es amplio.

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Inicio del conflicto en Líbano

Israel y Hezbolá, milicia islamista asentada en Líbano, ya habían intercambiado fuego en múltiples ocasiones desde el inicio del conflicto en Gaza. Hezbolá es un aliado declarado de Hamás, también grupo islamista, y los bombardeos sobre Israel pretendían generar un segundo frente al país hebreo desde el norte.

Israel respondió a los ataques de Hezbolá, un antiguo enemigo, como ya lo había hecho en múltiples ocasiones y el intercambio de fuego se volvió una normalidad. Sin embargo, la semana pasada Israel intensificó su ofensiva sobre territorio libanés, algo que ha derivado en la crisis actual.

Esta nueva escalada empezó el pasado martes, cuando los servicios secretos israelíes consiguieron intervenir más de 5,000 bipers de integrantes de Hezbolá y provocaron múltiples explosiones de dichos dispositivos. En los días siguientes, el ejército de Israel continuó con bombardeos indiscriminados a gran escala, que han dañado zonas civiles y han provocado miles de desplazados.

Una semana después del episodio de los bipers llegamos al presente, en el que las Fuerzas Armadas de Israel se han declarado preparadas para una incursión terrestre en los próximos días, como ya hicieron en Gaza. La justificación en aquel momento fue que la incursión tenía como objetivo el rescate de rehenes secuestrados por Hamás, situación no aplicable para este caso.

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