El divorcio entre FIA y F1 parece inminente, pero siempre lo ha sido desde sus inicios, hoy en 2023 se vive un momento en el que se vislumbra una temporada mucho más competida y emocionante pero desde las oficinas.

 

El actual presidente de la FIA, Mohammed Ben Sulayem, disparó en recientes días varios dardos que fueron directo al corazón del orgullo y sobre todo al bolsillo de la F1 y su dueña: Liberty Media.

Puso en duda y tela de juicio el valor económico de la categoría en el mercado.

Sus palabras fueron:
“Como custodios del automovilismo, la FIA, como organización sin fines de lucro, se muestra cautelosa sobre los supuestos precios inflados de 20.000 millones de dólares que se le asignan a la F1.

Se recomienda a cualquier comprador potencial que aplique el sentido común, considere el bien mayor del deporte y presente un plan claro y sostenible, no solo una gran cantidad de dinero.

Es nuestro deber considerar cuál será el impacto futuro para los promotores en términos de mayores tarifas de hospedaje y otros costos comerciales, y cualquier impacto adverso que pueda tener en los fans.”

Te explico, pues hablamos de un deporte donde solo algunas marcas tienen el poder adquisitivo para poder entrar; un deporte donde los principales motoristas del mundo se despedazan no solo para ganar, ya que de llevarse la gloria, aseguran ventas a nivel mundial.

A seis semanas del inicio de la temporada número 74 de la Fórmula 1; la organización dirigida por Stefano Domenicali, emitió un comunicado dónde se dijo ‘harta’ de los sobrepasos de competencias del presidente de la FIA sobre la F1.

Te podría interesar:  NIKE SERÁ PATROCINADOR EXCLUSIVO DE LA LIGA MX FEMENIL

Cayeron tan mal que incluso el Consejo General de la F1 (comandado por Sacha Woodward Hill) y el director jurídico y administrativo de Liberty Media, Renee Wilm, revelaron una carta donde acusaban a la FIA de extralimitarse y amenazaron con iniciar una batalla legal.

Desde principios de 2022 se supo que Arabia Saudita estaba interesada en comprar los derechos de explotación de la Fórmula 1, en caso de que Liberty Media quisiera vender.

La cifra que Bloomberg reportó en su momento fue de $20,000 millones de dólares, cifra considerablemente superior al valor actual de la F1, que es de $15,200 millones de dólares.

La carta que enviaron los directivos de la F1 a la FIA se filtró a los medios de comunicación, y uno de sus párrafos más contundentes dice lo siguiente:

“La FIA se comprometió a no hacer nada que perjudicara la propiedad, la gestión y/o la explotación de los derechos de la F1. Consideramos que los comentarios del presidente de la FIA son inaceptables e interfieren con esos derechos”.

Me explico: en 2017 la empresa Liberty Media compró los derechos de la F1 por una cifra que ronda los $8,000 millones de dólares, un negocio que le permite al conglomerado estadounidense gestionar los derechos comerciales y de promoción de la categoría por los próximos 88 años.

Es decir, hasta el 2110, contemplando la organización de un certamen sobre el que la FIA retiene la propiedad y el poder legislativo, nada más, estas transacciones tuvieron entonces la aprobación tanto de Max Mosley, como de Jean Todt, quienes eran los presidentes en turno.

Te podría interesar:  SEGUNDA VICTORIA EN HILO PARA LOS CLIPPERS

Por todo lo anterior, o sea las intromisiones de Ben Sulayem sobre la F1, se especula con una posible escisión de la F1 y la FIA, ya que Liberty Media ha dicho que, de no llegar a un acuerdo con la FIA sobre una posible venta de la F1, estaría posibilitada de romper relaciones para liberarse de las limitantes que la FIA le impone.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *