Los ataques terroristas y la guerra en Gaza del 7 de octubre en Israel han generado un aumento de los ataques y amenazas contra las comunidades judías en todo el mundo.
Esta tendencia no es nueva y suele ocurrir cuando hay conflictos en la región. Un estudio de la Agencia de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea en 2016 ya señalaba que los eventos en Oriente Próximo podían desencadenar sentimientos antijudíos en la UE.
El incremento de conflictos en Oriente no genera hostilidad o prejuicios hacia los judíos en sí, su cultura o influencia, que es la definición de antisemitismo, sino que despierta actitudes negativas preexistentes que pueden derivar en amenazas.
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Tras el atentado de Hamás, se registraron celebraciones en algunos países, y posteriormente se produjeron protestas por la respuesta militar de Israel en Gaza, lo que resultó en la prohibición de manifestaciones propalestinas en países como Francia y Alemania debido a temores de que pudieran degenerar en sentimientos antijudíos.
Asimismo, el grupo de defensa de la Liga Antidifamación informó de un aumento del 388 por ciento en los incidentes contra comunidades o individuos judíos en Estados Unidos en poco más de dos semanas tras el atentado de Hamás.
