El actor Brad Pitt realizó una de las mejores ventas inmobiliarias, pues vendió su mansión encantada por 39 millones de dólares, misma que había comprado en 1994 por la mínima cantidad de 1.7 millones.
Sin embargo la mansión no estaba encantada únicamente por haber sido propiedad del actor, sino que es una de esas antiguas mansiones con historias fantasmales, espíritus, y muerte, que ha cambiado de propietarios famosos a otros dueños más famosos.
La historia de dicha propiedad comienza a principios del siglo XX cuando un señor muy rico, que tenía como profesión el trabajo del oro liquido negro, decidió comprar 8 mil metros cuadrados de terreno.
Ahí construiría la mansión que estaría abierta a las celebridades del cine de la época dorada de Hollywood, donde seguramente cientos de fiestas y alcohol acompañaban el recinto, aunque el dueño se quitaría la vida casi dos décadas después de comprar el terreno tras la crisis en Wall Street de 1929 y ahí comenzaría la historia de terror de dicha mansión.
En los 60´s el actor de las Guerras de las Galaxias Mark Hamill se mudaría a la mansión junto a un amigo, tiempo después el amigo terminaria quitándose la vida ahí y el actor lo encontraría dentro de un armario a la mañana siguiente, lo que motivaría que el actor abandonara la propiedad que estaba alquilando.
En 1989 la actriz de terror y ciencia ficción Cassandra Peterson compraría la mansión sin tener idea de todo lo que había ocurrido ahí pero en entrevistas declaró que oia pisadas cuando la casa estaba deshabitada.
“Oía pisadas en el piso de arriba y estaba deshabitado. No dormía nadie allí arriba. Veía mujeres vestidas como de los años 30 y en la puerta de casa se me aparecieron varios hombres”
“No supe del suicidio del amigo de Mark hasta que vino un día a la mansión a cenar. Invité a mucha gente y cuando llegó me dijo ‘que sepas que yo viví aquí en mi época de la universidad’ y después me contó el resto”.
La actriz recurriría a un sacerdote para tratar de eliminar los malos espíritus y toda la maldad de la casa pero nada pudo hacerse, la gota que derramaría el vaso sería cuando ella se enteró que una joven actriz también se había ahogado en la piscina de la casa en los años 30.
Ella declaró que todas las historias fueron contadas a Brad Pitt, aunque esto no le importó y compró la mansión, misma que hoy ha vendido 30 millones más cara de lo que pagó por ella.
