Dillon Brooks se ha convertido en uno de los jugadores más nefastos de toda la liga.Brooks es capaz de hablar mal de cualquiera, y si necesitabas una prueba de ello, al final de la temporada regular dejó claro que quería enfrentarse a LeBron James y a Los Angeles Lakers en la primera ronda de la postemporada. Tras perder el juego uno, los Grizzlies salieron renovados y motivados para el juego 2 y lograron empatar la serie.
Los Grizzlies ganaron el partido, 103-93, y cuando se le preguntó a Brooks cómo respondería a los que dicen que no debería hablar mal de alguien tan consumado como James, cortó la pregunta rápidamente.
“No me importa, es viejo”, dijo Brooks. “Estaba esperando eso, esperaba que lo hiciera en el cuarto partido, en el quinto, quería decir algo cuando me hicieron la cuarta falta. No debería haberlo dicho antes. Molesto a los osos. No respeto a nadie hasta que viene y me hace 40”.
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En todo caso, Brooks cree que los jugadores se fijan demasiado en los logros de sus compañeros cuando intentan ganarles.
“Obviamente, tengo cierto respeto. Es una leyenda. Es LeBron James. Pero cuando estoy en la pista, para mí eres un jugador más. No me importa quién seas. Sólo mides 1,90 m, pesas 90 kilos y eres un jugador de baloncesto. Y ahí es donde los chicos, no ven esa parte de ese juego, donde como, oh, tuve esos momentos, año uno, año dos, donde es como, ‘Oh, él está brillando; él está brillando.’ Pero ahora me estoy creando un nombre”.
Como ha aprendido Draymond Green, Brooks nunca se va a calmar. James tiene la experiencia suficiente para saber que no debe dejar que Brooks se le meta en la cabeza. La mejor manera de hacerlo callar será ganándole, y su próxima oportunidad de hacerlo llegará el sábado, cuando los Lakers reciban el tercer partido en Los Ángeles.
