¿Podría el fungi causar una pandemia como en The Last of Us? El videojuego The Last of Us ha capturado la atención de millones al proponer un escenario apocalíptico donde un hongo, específicamente del género Cordyceps, provoca una pandemia.
En esta ficción, el fungi afecta el cerebro humano, convirtiendo a los infectados en seres carentes de voluntad y extremadamente violentos.
Aunque este concepto parece sacado de la ciencia ficción, la pregunta surge: ¿podría un hongo realmente desencadenar una pandemia en el contexto actual, especialmente ante el impacto del cambio climático?
Cordyceps: Improbable como Patógeno Humano
El Cordyceps es un hongo parásito que infecta insectos y otros artrópodos, utilizando a sus huéspedes para completar su ciclo vital.
La fascinación por este fungi ha crecido desde que estudios científicos observaron cómo especies como Ophiocordyceps unilateralis controlan el comportamiento de hormigas, llevándolas a realizar acciones que facilitan la dispersión del hongo.
Este fenómeno inspiró a los creadores de The Last of Us, pero la realidad científica nos muestra que es poco probable que el Cordyceps infecte a los humanos de la misma manera.
A pesar de la preocupación generada por pandemias recientes y la creciente amenaza del cambio climático, los fungi del género Cordyceps requieren condiciones específicas de temperatura y humedad para crecer y sobrevivir.
Este hongo prospera en un rango de temperatura entre 20 y 28°C y en ambientes con alta humedad, muy distintos a las condiciones que predominan en el cuerpo humano.
Además, los casos clínicos relacionados con Cordyceps son extremadamente raros y han sido atribuidos a la ingesta de suplementos medicinales derivados de especies como Cordyceps militaris y Cordyceps sinensis, conocidos por sus efectos antioxidantes y antiinflamatorios en la medicina tradicional.
El Cambio Climático: Potencial de nuevas pandemias fúngicas
Si bien el escenario de una pandemia causada por Cordyceps parece improbable, no se puede subestimar el impacto del cambio climático en la evolución de nuevos patógenos, incluidos los fungi.
El aumento de las temperaturas globales y los cambios en los patrones climáticos han creado condiciones propicias para que ciertos hongos expandan su rango geográfico y se adapten a nuevos huéspedes.
En los últimos años, se han reportado infecciones humanas causadas por hongos que previamente no se consideraban patógenos, lo que ha alarmado a la comunidad científica.
La pandemia de COVID-19 mostró cómo los patógenos pueden emerger en un contexto de crisis global, y el fungi Candida auris, resistente a los antifúngicos, ha demostrado ser una amenaza creciente en entornos hospitalarios.
Del mismo modo, infecciones fúngicas oportunistas, como la mucormicosis, fueron reportadas en pacientes con COVID-19, lo que destaca la importancia de la vigilancia en la aparición de nuevos patógenos.
A medida que el cambio climático continúa alterando los ecosistemas, es crucial considerar que los fungi podrían evolucionar para adaptarse a temperaturas más altas, lo que podría facilitar su capacidad de infectar a humanos.
Aunque es improbable que el Cordyceps desencadene una pandemia al estilo de The Last of Us, los cambios ambientales sí podrían aumentar la frecuencia y severidad de las infecciones fúngicas en el futuro.
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