El Partido de la Revolución Democrática (PRD) perdió oficialmente su registro a nivel federal, tras no haber alcanzado el 3% en las últimas elecciones presidenciales del pasado 2 de junio. El Instituto Nacional Electoral (INE) confirmó por medio de un comunicado algo que ya se veía venir desde hace unas semanas: “El PRD pierde todos los derechos y prerrogativas que establecen la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la Ley General de los Partidos Políticos y demás normativa aplicable”, establecía el mensaje del órgano electoral.
Se consuma así la existencia de una de las formaciones políticas más importantes de las últimas tres décadas en México. Fundado en 1989, el PRD contribuyó a la consolidación y fortalecimiento de instituciones electorales que después abrirían el paso hacia la transición del año 2000, que terminó con más de 70 años de gobiernos federales del PRI. La formación izquierdista también llegó a consolidar su poder en Ciudad de México, donde consiguió gobernar 21 años de manera consecutiva: Cuauhtémoc Cárdenas (1997-1999), Andrés Manuel López Obrador (2000-2005), Marcelo Ebrard (2006-2012) y Miguen Ángel Mancera (2012-2018).
En 2006, el PRD estuvo a punto de hacerse con la presidencia de la República, pero una apretada contienda terminó dándole el triunfo al candidato del PAN, Felipe Calderón (35.89%), sobre López Obrador (35.31%). El proceso electoral concluyó con el ahora presidente de la República acusando de fraude y con sus simpatizantes tomando la avenida Reforma por semanas.
Historia del declive del PRD
Después de rozar la presidencia, el PRD volvió a la carga para el próximo sexenio. Sin embargo, el mismo López Obrador perdió nuevamente en 2012, ahora ante el candidato del PRI, Enrique Peña Nieto, con un margen del 7%. Las aspiraciones presidenciales del actual mandatario lo llevaron a fundar un nuevo partido, Morena, al no poder competir por tercera ocasión con la misma formación.
La salida de López Obrador del PRD marcó el inicio del declive de un partido que todavía alcanzó a gobernar la Ciudad de México, por medio de Miguel Ángel Mancera, y algunos estados del país. El actual presidente de la República desmanteló políticamente a su anterior formación en aquel momento, al llevarse consigo a Morena a los cuadros de más peso dentro del partido. Esa coyuntura de abandono llevó al PRD a aliarse con Movimiento Ciudadano y el PAN, su antiguo rival, para competir en las elecciones de 2018, que terminarían con un aplastante triunfo del ya morenista López Obrador, con el 53.19% de los votos, sobre Ricardo Anaya (22.27%).
Las bases perredistas de izquierda no terminaron por encajar aquel giro ideológico y el apoyo al PRD continuó disminuyendo. Finalmente, el partido decidió apostar por una alianza con el PRI y el PAN en sus últimos años de existencia, hasta concretarse su desaparición esta semana, al no haber alcanzado el 3% de votos necesarios para mantener sus registros en las últimas elecciones presidenciales. En dicha contienda, Xóchitl Gálvez, candidata respaldada por la alianza opositora cayó ante Claudia Sheinbaum con un margen de diferencia arriba del 32%. Casi cuatro meses después de aquella elección, el PRD finalmente ha consumado su desaparición.
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