En las recientes elecciones europeas, alrededor de 360 millones de ciudadanos han sido llamados a votar en toda Europa; las primeras proyecciones indican que la composición de la Eurocámara se inclina hacia la derecha, reflejando un notable crecimiento de las fuerzas de ultraderecha en Europa.
En Francia, el partido Rassemblement National (RN) logró una clara victoria, obteniendo alrededor del 32% de los votos; esta cifra representa un aumento significativo respecto al 2019, cuando el RN había conseguido un porcentaje menor.
Tras estos resultados, el presidente francés Emmanuel Macron tomó la decisión de disolver la Asamblea Nacional y convocar elecciones anticipadas para el 30 de junio.
El partido oficialista Renacimiento, que obtuvo solo el 15% de los votos en estas elecciones europeas, sufrió un notable descenso en comparación con el RN, liderado por Marine Le Pen; los analistas han considerado este cambio drástico en el panorama político francés como uno de los resultados más dramáticos de la jornada electoral.
Por qué los europeos han confiado en la derecha y la ultraderecha en las #EleccionesEuropeas2024
El bloque de centroderecha se mantiene como principal fuerza en la Eurocámara, pero la nota dominante es el fuerte… pic.twitter.com/Zqj4aHyN68
— DW Español (@dw_espanol) June 10, 2024
Aumento del apoyo a la ultraderecha en Europa
En Austria, el derechista FPÖ también registró un alto nivel de apoyo con un 27% de los votos. En Alemania, el partido AfD se convirtió en la segunda fuerza más votada, obteniendo más del 16% de los votos, superado solo por los conservadores del CDU/CSU.
Estos resultados reflejan un claro giro hacia la derecha en varios países de Europa.
El ascenso de la ultraderecha ha sido particularmente notable en Francia, donde el presidente Macron reconoció la gravedad de la situación y advirtió sobre los peligros que esto representa tanto para Francia como para Europa; sin embargo, España parece ser el único país que se mantiene fuera de la tendencia (de momento).
Según la politóloga Gabriele Abels, la estrategia de Marine Le Pen de moderar la imagen de su partido ha sido efectiva, logrando movilizar a un electorado joven y consolidando una base de votantes fuerte.
A nivel europeo, la alianza de centroderecha PPE, encabezada por Ursula von der Leyen, se ha posicionado con una clara victoria, aspirando a un nuevo mandato en la Comisión Europea; los partidos de derecha ECR e ID han logrado avances significativos, aumentando su presencia en la Eurocámara.
En contraste, los Verdes han sufrido pérdidas importantes, mientras que el grupo socialdemócrata S&D se mantiene fuerte.
🇪🇺 📌 ❗ A pesar del indudable crecimiento de la extrema derecha en la eurocámara, el Partido Popular Europeo y el Partido Socialdemócrata podrán sacar adelante las medidas que crean necesarias sólo con el apoyo de los liberales y/o los verdes. pic.twitter.com/qfYgBJoHSa
— The Political Room (@Political_Room) June 9, 2024
Implicaciones políticas de la derecha
Las encuestas previas a las elecciones ya habían anticipado un aumento de las fuerzas euroescépticas y populistas de derecha.
En Alemania, la CDU/CSU ganó con un 29,5% de los votos, mientras que el AfD se consolidó como la segunda fuerza, destacando un apoyo desproporcionado entre los hombres jóvenes.
El SPD, partido del canciller Olaf Scholz, recibió solo el 14% de los votos, reflejando un claro castigo por parte del electorado. Los Verdes y el liberal FDP también sufrieron pérdidas en comparación con las elecciones anteriores.
El crecimiento de la ultraderecha en Europa plantea preguntas sobre la dirección futura del continente; según Henrik Suder, del Centro de Investigación sobre la Integración Europea de la Universidad de Bonn, la polarización social entre quienes perciben la globalización como beneficiosa y quienes no, ha contribuido al aumento de las posiciones radicales de derecha. En Austria, el FPÖ se ha normalizado en la sociedad, y la xenofobia ya no se oculta.
Disposición y necesidad
El impacto de este giro a la derecha dependerá en gran medida de la disposición de otros partidos para colaborar con estas fuerzas en la Eurocámara; Ursula von der Leyen ha dejado abierta la posibilidad de cooperación con miembros del grupo ECR, siempre que apoyen a Europa, Ucrania y el Estado de derecho.
Esta postura ha generado críticas entre los Verdes, socialdemócratas, la izquierda y los liberales.
En las próximas semanas, se definirán las alianzas parlamentarias; actualmente, no existe una coalición de derecha unificada, con partidos como el RN de Marine Le Pen perteneciendo a la facción de Identidad y Democracia (ID), mientras que Fratelli d’Italia de Giorgia Meloni forma parte de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR).
Le Pen ya ha expresado su ambición de que, si se logra una mayor cohesión entre estos grupos, podrían convertirse en la segunda fuerza más grande del Parlamento Europeo, aumentando así su influencia política.
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