De acuerdo con la Guarda Costera italiana, se encontraron 60 migrantes muertos en la costa del país europeo, no obstante, según sobrevivientes podría ascender a 100 la cantidad de víctimas, pues en el bote que se estrelló viajaban cerca de 200 personas.
“Hasta ahora, 80 personas han sido recuperadas vivas —algunas de las cuales lograron llegar a la costa tras el naufragio— y se hallaron 43 cuerpos a lo largo de la costa”, informó el servicio de guardacostas en un comunicado poco antes del mediodía.
No obstante, posterior a esta declaración se dio a conocer que botes de bomberos y buzos sacaron del fondo de la costa otros 28 cadáveres, los cuales se habían sumergido en el mar.
A causa de estos acontecimientos, la primera ministra Giorgia Meloni indicó que los migrantes viajaban atestados en el bote de 20 metros de eslora en medio de “condiciones climatológicas adversas”. En un comunicado divulgado por su oficina, expresó su “profundo dolor por las muchas vidas humanas desgarradas por traficantes de seres humanos”.
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Asimismo, Meloni señaló que se deberá realizar una investigación para identificar a los contrabandistas y emitir una pena en contra de quienes lucran con los sueños de las personas en busca de oportunidades.
“Es inhumano intercambiar las vidas de hombres, mujeres y niños por el ‘precio’ de un boleto que ellos pagan a cambio de la perspectiva falsa de un viaje seguro”, declaró Meloni.
Hasta el momento se desconoce de dónde partió el bote, pero las embarcaciones con migrantes que llegan a Calabria suelen zarpar de costas turcas o egipcias. Muchos de estos botes arriban a franjas remotas de la costa sur de Italia sin el apoyo del servicio de guardacostas ni de barcos de ayuda humanitaria.
