Por órdenes del presidente de los Estados Unidos (EUA), Joe Biden, un cuarto objeto volador no identificado (OVNI) fue derribado el pasado domingo sobre el lago Huron por una avión caza estadounidense.
El último abatimiento representa el cuarto de su clase en apenas ocho días en lo que ha representado una serie de eventos sumamente inusuales para las fuerzas armadas estadounidenses y el espacio aéreo de Estados Unidos.
El general Glen VanHerck, jefe del Mando Norteamericano de Defensa Aérea (NORAD por sus siglas en inglés) y el Comando Norte de EUA, especificó en una sesión informativa con periodistas que los repetidos derribos han sido provocados por que se encuentran en “una alerta más intensa” tras el hallazgo del globo espía chino.
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“Hemos estado examinando más de cerca nuestro espacio aéreo en estas altitudes, incluida la mejora de nuestro radar, lo que puede explicar, al menos en parte, el aumento”, dijo Melissa Dalton, subsecretaria de defensa para la defensa nacional.
Por otra parte, varios funcionarios del Pentágono aseguraron que los OVNIs que han derribado no representan una amenaza para la seguridad, pero que todavía desconocen mucho de ellos o de su origen.
Además, especificaron que constantemente monitorean los rádares en búsqueda de señales desconocidas y que no es inusual cerrar los espacios aéreos como medida de precaución.
Van Herck afirmó que han realizado varios ajustes en los radares para detectar objetos que viajan a una velocidad mucho más lenta de lo normal:
“Con algunos ajustes, hemos podido obtener una mejor categorización de las pistas de radar ahora […] Y es por eso que creo que está viendo esto, además hay una alerta más alta para buscar esta información”, afirmó.
