El gobierno de Florencia, una de las ciudades con mayores turistas en Italia, prohibió los establecimientos de rentas de poca duración, también conocidos como Airbnb, con la finalidad de promover la vivienda.
De acuerdo con las autoridades, se han intentado generar estrategias para que sus pobladores habiten en el Centro Histórico, no obstante, sus trabajos no habían demostrado resultados efectivos.
Uno de los principales incentivos es ofrecer tres años de exenciones fiscales a los propietarios de viviendas alquiladas a corto plazo si las cambian por arrendamientos ordinarios.
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Dario Nardella, alcalde de Florencia, comentó que se ha decidido actuar ante esta crisis, pues los resultados en este rubro habían sido “decepcionantes”.
“En 2016 teníamos algo menos de 6,000 apartamentos registrados en Airbnb, hoy tenemos casi 14,378”, explicó Nardella.
Además, explicó que durante ese mismo periodo el costo de las rentas ordinarias presentó un incremento del 42 por ciento, Durante 2023, las rentas han incrementado en 15.1 por ciento.
“Los 40,000 florentinos que viven en el centro se quejan de encontrarse, de repente, viviendo en apartahoteles”, agregó el alcalde.
Al igual que en otros países europeos, una mezcla de bajos salarios, escasez de propiedades, alquileres vacacionales de corta duración y alta inflación han alimentado una crisis de la vivienda en Italia, en la que se ven especialmente afectados los estudiantes y las personas con bajos ingresos.
Los problemas son similares en otras ciudades más lejanas, como Nueva York, donde se está endureciendo la normativa sobre alquileres de corta duración.
