El equipo Red Bull Racing enfrenta una controversia que podría afectar sus relaciones, ya que Ford, uno de sus socios clave, evalúa su asociación tras las acusaciones de mala conducta contra el director del equipo, Christian Horner y la “Guerra Civil” en la cúpula del equipo austriaco.
La situación surgió semanas antes de la apertura de la temporada de Fórmula 1 en Bahréin.
Horner, exonerado por Red Bull de las acusaciones formuladas por una empleada, se enfrenta a la posibilidad de que Ford, un importante patrocinador, no esté satisfecho con la transparencia del equipo.
La controversia ha suscitado preocupaciones sobre la imagen de Red Bull y su estabilidad interna.
El director del equipo, que ha negado las acusaciones desde el principio, se mostró imperturbable durante el fin de semana de carreras en Bahréin.
A pesar de la atención mediática, Horner celebró la victoria de Red Bull con el copropietario Chalerm Yoovidhya y publicó imágenes en las redes sociales destacando el “inicio perfecto de temporada”.
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Sin embargo, la controversia ha dejado a Ford, principal socio de Red Bull, en silencio, sin hacer declaraciones públicas; otros patrocinadores estadounidenses, como Oracle y Visa, también se mantienen en la retaguardia.
Un ejecutivo de Ford en la carrera de NASCAR en Las Vegas no confirmó si la compañía está satisfecha con la transparencia de Red Bull.
El presidente de la FIA, Mohammed Ben Sulayem, comentó que la controversia está “dañando el deporte”, aunque la FIA no está llevando a cabo una investigación formal, a pesar de la falta de intervención de organismos rectores y patrocinadores, Ford podría ser un actor clave en el futuro de la asociación.
La empresa matriz de Red Bull, con sede en Austria, se enfrenta a un escenario de recursos humanos, con la familia Yoovidhya, que posee el 51%, respaldando a Horner.
Se especula que Chalerm Yoovidhya respalda al experimentado director del equipo mientras se enfrenta a presiones de la gerencia austriaca para un cambio.
