Este viernes, el Consejo Constitucional francés aprobó la impopular reforma de las pensiones propuesta por el presidente Emmanuel Macron, lo que ha desatado una serie de manifestaciones en las calles de París.
Con la aprobación de dicha reforma, a partir del año 2030, la edad mínima de jubilación será de 64 años, lo que ha generado rechazo entre los sindicatos y gran parte de la población, quienes se han manifestado desde el mes de enero.
A pesar de ello, los nueve miembros del Consejo Constitucional rechazaron la solicitud de la oposición de izquierda de convocar a un referéndum para limitar la edad de jubilación a los 62 años.
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La tensión se mantiene en las calles de Francia, con bloqueos y manifestaciones constantes; los sindicatos han advertido que el conflicto social no terminará.
Por su parte, el presidente Macron ha propuesto una reunión con los sindicatos franceses el próximo martes, como “el inicio de un ciclo que continuará en las próximas semanas“.
La decisión del presidente de adoptar la reforma por decreto, ante el temor de perder la votación en el Parlamento donde carece de mayoría absoluta, ha sido criticada por algunos sectores, quienes acusan a Macron de haber creado una “crisis democrática”.
