De acuerdo a una investigación realizada por la revista Proceso, el gobernador de Nuevo León, Samuel García Sepúlveda, habría aprovechado la inversión paralizada del fabricante de automóviles eléctricos, Tesla, para beneficiarse tanto política como económicamente.
Según la fuente, existe una investigación sobre la compra de un terreno para Tesla en la que el pago correspondiente resultó en una triangulación de fondos a un despacho en el que el gobernador y su padre, Samuel Orlando García Mascorro, son socios.
La triangulación de fondos habría sido realizada a través de numerosas transferencias que derivaron en el despacho Firma Jurídica y Fiscal Abogados, en donde Samuel García Mascorro funge como socio fundador desde 1984 y Samuel Orlando García Villarreal, medio hermano del actual gobernador de Nuevo León, funge como socio propietario. Cabe destacar que este último ya cuenta con carpeta de investigación en su contra por parte de la Fiscalía General de la República (FGR) por los delitos de defraudación fiscal y operaciones con recursos de dudosa procedencia.
El capital para dichas adquisiciones proviene de diversas empresas regiomontanas, además de adjudicatarios del gobierno que sí fungían como tal o que previamente resultaron identificados como firmas dedicadas a la obtención de recursos públicos.
Fiscalía detectó pago millonario a despacho familiar de Samuel García
El terreno adquirido para Tesla ubica en el foco de atención a North American Heavy Equipment (NAHE), una empresa con inversión extranjera cuyos socios son las firmas Meridian Equity Holdings, LLC y Zenith Capital Partners LTD, creadas en Delaware, Estados Unidos, y en Islas Caimán, dos reconocidos paraísos fiscales.
Además, la Fiscalía General de Justicia del Estado de Nuevo León (FGJNL) vinculó a la empresa anteriormente mencionada, NAHE, con un pago al despacho familiar de García Sepúlveda por al menos 128 millones 398 mil pesos.
Estos 128 millones 398 mil pesos están relacionados con un grupo de empresas y aportaciones previas, realizadas por contratistas del gobierno, sobre todo de personas vinculadas a la compra y venta del terreno destinado a la Gigafactory de Tesla en Santa Catarina, Nuevo León.
Sin embargo, la inversión de Tesla en México está congelada desde finales de julio, principalmente a causa del posible incremento a los aranceles para los vehículos ensamblados en México propuesto por Donald Trump, quien acuñó la idea como parte de su campaña rumbo a las elecciones presidenciales en Estados Unidos.
Elon Musk, propietario de la marca, apoya a Trump de manera abierta y ya había pospuesto la construcción anteriormente con el argumento de las altas tasas de interés, por lo que la realización de la Gigafactory está totalmente paralizada hasta conocer los resultados de los comicios estadounidenses.
Sin importar la incertidumbre de la construcción de la fábrica, el Tesla-terreno ya tiene ganadores, quienes se beneficiarían de la especulación que derive de la posible inversión de la automotriz, la plusvalía que esta misma llegué a aportar y en el peor de los casos, un bien inmobiliario con potencial para bienes raíces.
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