Jacques Pironon y Phillipe De Donato, ambos directores de investigación del Centro Nacional de Investigaciones Científicas de Francia, buscaban combustibles fósiles bajo tierra en el noreste de Francia cuando hallaron concentraciones de hidrógeno.
Ambos científicos examinaron el subsuelo de la cuenca minera de Lorena utilizando una sonda especializada “primera en el mundo”, capaz de analizar los gases disueltos en el agua. de formaciones rocosas a gran profundidad.
Sin embargo, así como fueron avanzando, la concentración aumentó. A mil 100 metros de profundidad era del 14 por ciento, a mil 250 metros era del 20 por ciento
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Los cálculos indican que el depósito recién descubierto podría albergar entre 6 y 250 millones de toneladas métricas de hidrógeno, lo que convertiría en uno de los mayores depósitos de “hidrógeno blanco” jamás identificados.
El hidrógeno blanco, también conocido como hidrógeno “natural”, “dorado” o “geológico”, se produce o se encuentra de manera natural en la corteza terrestre y se ha convertido en un recurso de gran interés en la lucha contra el cambio climático.
El hidrógeno es atractivo como fuente potencial de energía limpia debido a que, cuando se quema, solo produce agua, lo cual lo convierte en una opción interesante para industrias que requieren grandes cantidades de energía, como la aviación, el transporte marítimo y la fabricación de acero, para las cuales puede ser difícil depender exclusivamente de fuentes de energía renovable, como la solar y la eólica.
Sin embargo, el desafío radica en que el hidrógeno generalmente se encuentra combinado con otras moléculas y, por lo tanto, debe producirse de manera eficiente. Actualmente, la producción comercial de hidrógeno implica procesos que consumen mucha energía y, en gran medida, se basan en combustibles fósiles.
Esto ha impulsado la búsqueda de métodos más sostenibles y económicos para producir hidrógeno, como la posibilidad de extraerlo de depósitos geológicos, como el recién descubierto.
