El sindicato United Auto Workers (UAW) cargó por segundo día consecutivo contra las grandes automotrices de Estados Unidos (EE. UU.) y cerró la planta de General Motors (GM) en Arlington, Texas, especializada en la producción de camionetas tipo SUV.
A medida que la huelga continúa, la presión por parte de los trabajadores se vuelve cada vez más asfixiante, mientras que cerca de cinco mil empleados del sector se unen al paro.
La planta cerrada por el UAW es la más grande y rentable de GM en todo el país.
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Tras el cierre de dicha fábrica, el Sindicato cumplió con la amenaza de cerrar uno de los centros de producción más redituables de GM, Ford y Stellantis, también conocidos como “Tres Grandes”.
El hecho se dio después de que el UAW argumenta que las compañías se niegan a cooperar con las necesidades expuestas por los trabajadores sindicalizados.
Durante el día 40 de la huelga, la planta de Arlington, productora de automóviles como el Chevrolet Tahoe, el GMC Yukon y el Cadillac Escalade, se unió al paro.
Al respecto, el presidente de la UAW, Shawn Fain, explicó que GM logró colocarse por encima de lo estimado en Wall Street, pero explicó que su oferta está dirigida a Ford, preservando una estructura salarial de dos niveles y ofreciendo la contribución más débil de los tres fabricantes de automóviles con un ocho por ciento.
Es hora de que los trabajadores de GM, y toda la clase trabajadora, obtengan su parte justa”, dijo Fain.
