Después de que la cifra de muertes sobrepasara las 150, el huracán Helene es ahora el segundo huracán más mortífero en golpear el territorio continental de Estados Unidos, es decir, los 48 estados contiguos, en los últimos 50 años. Las autoridades han informado de muertes en Carolina del Norte, Carolina del Sur, Florida, Georgia y Tennessee. La caída de árboles fue la principal causa de muerte, según los informes preliminares.
Desde 1950, solo ocho huracanes han causado más de 100 muertes en los 48 estados contiguos. El huracán Harvey, que inundó Houston y la región circundante en 2017, mató a 103 personas. El más mortífero, el huracán Katrina en 2005, cobró la vida de al menos mil 833 personas.
Abajo de Katrina, Helene e Ian, un huracán categoría cinco en el Atlántico a finales de septiembre de 2022 que causó daños catastróficos en el oeste de Cuba y el sureste de Estados Unidos, se encuentran el huracán Harvey y la supertormenta Sandy, que causaron entre 60 y 75 víctimas mortales en Estados Unidos.
Este conteo solamente abarca a los huracanes que impactaron el área continental de Estados Unidos, por lo que no se cuenta a María, que en 2017 azotó Puerto Rico y dejó al menos dos mil 75 personas muertas.
¿Dónde se ubicaron las víctimas mortales del huracán?
Este es el desglose de muertes a causa de Helene:
Carolina del Norte: 77
Carolina del Sur: 36
Georgia: 25
Florida 17
Tennessee: 9
Virginia: 2
El presidente Joe Biden realizará un recorrido aéreo por la devastación causada por el huracán Helene este miércoles. El mandatario estadounidense aprobó el despliegue de hasta mil soldados estadounidenses en servicio activo para reforzar a los miembros de la Guardia Nacional de Carolina del Norte que ayudan en los esfuerzos de recuperación en el estado.
De acuerdo a CNN, el número de muertos por Helene ha aumentado a más de 160 y aún hay muchas personas desaparecidas en seis estados a lo largo de 800 kilómetros.
¿Cuándo toco tierra Helene?
Helene arribó en la costa del Golfo de Florida el 26 de septiembre como un huracán de categoría cuatro, provocando una marejada ciclónica sin precedentes. En los condados de Pinellas y Cedar Key, la devastación fue tal que las autoridades advirtieron a los residentes que no regresaron debido a las condiciones peligrosas.
La magnitud de la devastación dejó millones sin electricidad y con infraestructuras gravemente dañadas en múltiples estados. Las labores de rescate y recuperación están en marcha, aunque las autoridades advierten que la vuelta a la normalidad llevará tiempo.
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