Daniel García Rosales, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) de Nuevo León, comunicó que el gremio rechaza el impuesto verde que busca implementar el gobierno local.
De acuerdo con la Canirac, el sector restaurantero se encuentra en un momento crítico, pues los estragos por la pandemia aún afectan a la mayoría de establecimientos, por lo que el cobro planteado por las grasas que llegan al pluvial no es viable.
Asimismo, resaltaron que este no es el único pago que se plantea implementar a los restaurantes, pues actualmente se discute un posible incremento del 100 por ciento al costo de la licencia de alcohol.
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“Es un impuesto que se está trabajando, estamos de acuerdo en apoyar la situación que vive nuestro estado; aunque esta iniciativa se presenta en un momento crítico para la industria de restaurantes y bebidas, porque venimos saliendo de una crisis provocada por el Covid-19 y la posterior inflación, y económicamente no hemos podido fortalecernos”, argumentó García Rosales.
Destacó que los restaurantes sí buscan erradicar la contaminación de agua por medio de las grasas que llegan al sistema pluvial, pues explicó que se han fabricado trampas de grasa en diferentes establecimientos. Dichas trampas requirieron una inversión de entre 20 mil a 80 mil pesos, dependiendo del tamaño del restaurante.
Por otra parte, detallaron que además del impuesto verde, los restaurantes en Nuevo León deben pagar por el mantenimiento a los desazolves, lo cual implica un gasto extraordinario de aproximadamente 80 mil pesos.
