Apenas días después de que más de un centenar de incendios arrasaran con la costa del Pacífico de Chile, las autoridades informaron que al menos 122 personas habían muerto y cientos permanecían desaparecidas. Además, advirtieron que el número de muertos podría aumentar considerablemente:
“Esa cifra va a crecer, sabemos que va a crecer significativamente”, dijo el domingo el presidente chileno Gabriel Boric.
El mandatario describió los incendios en la región de Valparaíso como el peor desastre en el país desde que un catastrófico terremoto en 2010 dejó más de 400 muertos y 1.5 millones de desplazados.
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Ante los hechos, Chile guardará dos días de luto mientras se enfocan en lograr su principal prioridad: recuperar los cuerpos de las víctimas.
Las llamas de los incendios destruyeron miles de viviendas que comenzaron el viernes en los asentamientos de las montañas a los alrededores de la ciudad balneario de Viña del Mar, impulsadas por fuertes vientos.
Lamentablemente, muchas personas se encontraban en Viña del Mar, una ciudad costera de unos 330 mil habitantes, cuando comenzó el incendio, el cual arrasó las ciudades vecinas de Quilpué, Limache y Villa Alemana. En algunas zonas de ladera, varios residentes de edad avanzada no pudieron escapar.
Los incendios forestales son un foco de emergencia en Sudamérica. Durante las últimas semanas se han declarado múltiples incendios en Colombia, los cuales llegaron a afectar los alrededores de Bogotá, la capital, debido a la sequía que azota el país. Además, los bomberos también han luchado contra las llamas en Ecuador, Venezuela y Argentina.
Entre los factores que han contribuido a estos terribles incendios se encuentra el fenómeno climático cíclico conocido como El Niño, el cual ha provocado sequías más severas y altas temperaturas en algunas partes del continente, creando condiciones que, según los expertos, son propicias para los incendios forestales.
