Cambio de planes en la agenda de la Indycar Series para una nueva generación de motores; oculta en medio de un comunicado sobre acciones sustentables, la categoría reveló la información de que continuará con los actuales motores V6 biturbo 2.2 también a partir de 2024, en lugar de aumentar la cilindrada a 2.4 litros como tenían planeado.
La decisión se tomó tras las primeras pruebas con el motor 2.4 V6 biturbo que debutaría en dos años.
Honda y Chevrolet enviaron autos con unidades de combustión a la pista mixta en el Indianapolis Motor Speedway, en lo que sería el comienzo de la fase de desarrollo.
Los dos fabricantes de automóviles y la propia Fórmula Indy concluyeron que los costos para preparar los nuevos motores y al mismo tiempo adoptar el componente híbrido serían prohibitivos.
Y prefirieron combinar el actual 2.2 con el sistema que regenerará parte de la energía disipada por los frenos en forma de calor.
El trabajo se centrará ahora en aumentar la potencia disponible, una de las promesas de la categoría para la nueva etapa.
La previsión original era garantizar caballería extra no solo con la unidad eléctrica, sino también con el aumento de cilindrada del motor tradicional.
“Los motores Honda y Chevrolet 2.2 brindaron la disputa más equilibrada del mundo. El paquete híbrido traerá aún más emoción, con el aumento de potencia en comparación con lo que tenemos ahora”, promete Jay Frye, presidente de Indycar.
La elección de Indy enfría los planes de llegada de un tercer fabricante de motores. Los dos proveedores actuales lanzaron su V6 2.2 biturbo en 2012 y van a empezar el 13º año de competencia con ellos; por lo que dominan totalmente la tecnología, lo que pone las cosas difíciles a un posible rival.
