La Franja de Gaza fue blanco de los ataques aéreos más devastadores en los 75 años de historia del conflicto entre Israel y Palestina, con la destrucción de distritos enteros, a pesar de la amenaza de Hamás de ejecutar a un cautivo por cada casa atacada.
Las fuerzas israelíes informaron que recuperaron “alrededor de mil 500 cadáveres” de milicianos de Hamás en sus operaciones. Este nivel de violencia se produce en respuesta a los ataques de hombres armados islamistas que impactaron algunas ciudades israelíes, dejando calles llenas de víctimas mortales.
Como medida de respuesta, el Gobierno de Israel ha llamado a filas a cientos de miles de reservistas y ha impuesto un asedio total a Gaza, donde residen aproximadamente 2.3 millones de personas.
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Los medios israelíes informaron que los ataques de Hamás del pasado sábado habían provocado al menos 900 muertes, en su mayoría civiles que perdieron la vida en sus hogares, en las calles o durante una reunión en el desierto, marcando una escalada de violencia sin precedentes desde los ataques del 11 de septiembre de 2001.
Además, se ha reportado la toma de rehenes, incluyendo a israelíes y extranjeros, en Gaza. Algunos de ellos fueron exhibidos en público.
Según el Ministerio de Sanidad de Gaza, las represalias israelíes han causado al menos 770 muertes y más de cuatro mil heridos. Los intensos ataques aéreos, los más brutales en la historia de Gaza, han dejado calles sacudidas, columnas de humo y llamas en el cielo.
La crisis humanitaria se ha agravado, con más de 180 mil habitantes de Gaza sin hogar, muchos de ellos viviendo en las calles o en escuelas. Los bombardeos han obstaculizado los esfuerzos de los equipos de emergencia, cerrando carreteras y dificultando la llegada de ayuda.
