Autoridades de Líbano confirmaron que el pasado 31 de diciembre desembarcó una lancha con destino a Europa, de acuerdo con el reporte la mayoría de los tripulantes eran inmigrantes sirios.
Tiempo después de que zarpó el navío se informó sobre una falla en la lancha, por lo cual comenzó a hundirse, posteriormente acudieron los rescatistas y salvaron a 200 tripulantes.
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No obstante, una vez que todos los rescatados lograron ser ubicados en tierra firme fueron deportados a su país de origen, pues eran residentes en Líbano de manera ilegal.
Desde el colapso de la economía libanesa en 2019, cada vez más personas —en su mayoría refugiados sirios y palestinos, pero también ciudadanos libaneses— han intentado salir del país y llegar a Europa por mar. Con frecuencia los intentos son letales.
En esta ocasión, equipos de rescate de la Armada de Líbano y fuerzas de paz de la Organización de Naciones Unidas (ONU), desplegadas en la frontera con Israel, pudieron rescatar a todos los pasajeros, salvo a dos, una mujer siria y un niño que se ahogaron. Sin embargo, para muchos de los sobrevivientes el alivio fue fugaz.
