El pasado miércoles 31 de mayo, el Sevilla y la Roma disputaron la final de la UEFA Europa League en Budapest. 90 minutos no fueron suficientes para que italianos y españoles pudieran definir al campeón de la segunda competencia más importante a nivel de clubes en Europa. El partido terminó 1 por 1 en el tiempo regular y en tiempos extras no se hicieron daño. Al final, el Sevilla conquisto su séptimo título de Europa League por la vía de los penales.
El ambiente en Budapest el miércoles por la noche se llenó de una mezcla de decepción y frustración, ya que los sueños de la Roma en la Europa League se hicieron añicos en la desgarradora tanda de penaltis. La derrota no solo supuso su primera derrota en una final europea, sino que también dejó a su renombrado entrenador, José Mourinho, pensando en su futuro en el club. En una entrevista posterior al partido, el técnico portugués expresó su descontento con las decisiones arbitrales, refiriéndose a ellas como un “escándalo” y acusando a Anthony Taylor de oficiar “como un español.”
A pesar de la derrota, Mourinho mantuvo que él y su equipo salieron del campo con la cabeza alta. Reflexionando sobre el partido, lamentó: “Estoy cansado de ser siempre el que dice que nos han robado”. Sin embargo, el técnico se negó a comprometerse a continuar como entrenador del Roma y exigió cambios en el seno del club. Afirmó que no había entablado conversaciones con otros equipos sobre su futuro.
“No puedo decir que estaré aquí la próxima temporada”, dijo José Mourinho, según The Guardian. “Me iré de vacaciones el lunes y luego hablaremos. He dicho a los propietarios que les avisaré si entablo conversaciones con otro club. Por ahora ningún otro club me ha llamado. Es hora de que hable con los propietarios. Es hora de que los propietarios hablen conmigo”.
En las últimas semanas, el lusitano ha sido vinculado con el Paris Saint Germain y Real Madrid.
