El presidente de Francia, Emmanuel Macron, viajará a Nueva Caledonia, un territorio de ultramar francés ubicado en el suroeste del océano Pacífico, para tratar de mediar y detener los disturbios que azotan a la isla desde hace más de una semana.
Los disturbios y protestas comenzaron tras los debates que realizó el Gobierno de Macron para realizar reformas y cambios en el sistema de votación en las islas del Pacífico.
Los opositores argumentan que dichos cambios significan un apoyo considerable a los políticos pro-Francia y representa un lastre contra la población canaca local, la cual ya sufrió estrictas políticas de segregación en el pasado.
Un total de seis personas han muerto desde el estallido de los disturbios, entre ellas dos policías, y centenares han resultado heridas en los enfrentamientos con los agentes de seguridad. El Gobierno francés ha declarado el estado de emergencia en el territorio.
Además, el aeropuerto local cerró el tráfico para vuelos comerciales, debido a que Francia impuso un toque de queda y desplegó a mil efectivos de seguridad adicionales para tratar de controlar la situación.
Nueva Caledonia busca su independencia
Desde hace décadas, existen tensiones entre los indígenas canacos, que buscan la independencia del territorio de 270 mil personas, y los descendientes de colonos y otras personas que se establecieron en las islas y que quieren seguir siendo parte de Francia.
Además, la situación ha planteado dudas sobre la administración y política de Macron sobre el legado colonial de Francia.
Todo apunta a que Macron aterrizará en Nueva Caledonia el próximo jueves por la mañana. El mandatario francés buscará restablecer el orden y facilitar el diálogo entre los líderes locales, y en discutir la importante reconstrucción necesaria. Hasta el momento, los daños provocados por la situación superarían los cientos de millones de euros.
Nueva Caledonia fue descubierta por los europeos en 1774 por el explorador británico James Cook, fue anexada por Francia en 1853.
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