Debido al reporte de desaparecido del Obispo Salvador Rangel Mendoza el 27 de abril en el municipio de Emiliano Zapata, fuentes dieron a conocer su encuentro el pasado lunes por la tarde en un hospital general de Cuernavaca.
Los primeros exámenes toxicológicos practicados al obispo en el hospital arrojaron la presencia de sustancias como cocaína y benzodiacepinas, así lo señaló el reporte médico de egreso voluntario.
Encontraron al Obispo en un establecimiento público, en estado de deterioro neurológico, sin pertenencias y con un blíster de dos pastillas de Sildenafil.
Fuentes señalan que los paramédicos de la ambulancia MOR57 de la Cruz Roja recibieron un llamado de ayuda en Ocotepec con la finalidad de atender al obispo y llevarlo al hospital.
Así mismo, los paramédicos entraron en contacto con el obispo el domingo en el hotel Real Ocotepec, en la avenida Miguel Hidalgo.
Por medio de una conferencia del episcopado mexicano se emitió el lunes una alerta en donde pidieron apoyo a los tres niveles de gobierno con la finalidad de localizar al obispo.
El fiscal Uriel Carmona se presentó en el hospital en Cuernavaca después de conocer el paradero del Obispo, donde confirmó su identidad y reveló que había sido drogado y víctima de un secuestro exprés con el fin de despojarlo de su dinero mediante cajeros automáticos.
“Los datos objetivos que se tienen es que hubo dos retiros, de dos cajeros, uno en la mañana del sábado y otro en la tarde-noche, pero no hay testigo o cámara que haya visto que lo hayan privado de la libertad como tal, salvo lo que haya obtenido la fiscalía el día de hoy”, señaló Sotelo Salgado.
La Secretaría de Salud informó que el obispo ingresó voluntariamente al hospital general. Confirmaron que abandonó el hospital a las 22 horas y recibió atención en un hospital privado posteriormente.
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