Ayer se vivió una nueva edición del superclásico argentino en el Estadio Monumental, casa del River Plate. Un partido que por sí solo estaba implícita la emoción, el nervio, intensidad y orgullo. El partido fue de ida y vuelta, con aproximaciones de ambas escuadras, postes, faltas y jugadas de gol.
Durante el tiempo reglamentario ninguna de las escuadras logró hacerse daño y mandar el balón a la red. Fue hasta el 91’, en una jugada dentro del área, Solari recibió una falta en el tobillo y el árbitro marcó penal. Tras recibir la confirmación del árbitro, el jugador del River colocó el balón en el manchón penal.
Miguel Borja, desde los once pasos, tenía la oportunidad de adelantar a su equipo en el marcador, todo era cuestión de que venciera a Sergio Romero. Con la localía a su favor, el colombiano colocó el balón pegado al poste, hizo retumbar la red y el grito de gol explotó en el estadio.
Mientras Borja celebraba en el tiro de esquina, una pelea empezó en la mitad de la cancha, entre jugadores de ambas escuadras. A la campal se sumaron miembros de los cuerpos técnicos y jugadores que estaban en la banca. Tanto árbitros como policías intentaron separarlos por varios minutos.
El VAR tuvo que intervenir para dictaminar las sanciones. El árbitro expulsó a 6 jugadores. Por parte del River se fueron: Palavecino, Gómez y Centurión. Por parte de Boca se fueron: Merentiel, Fernández y Valentini.
“Teníamos que ganar el partido. […] Quizá ellos se enojaron porque les hicimos gol” declaró Mammana al término del partido.
“Yo le dije a los muchachos, hay que ganarles sobre la hora, 1-0 sobre la hora, así se van bien calientes” externó un miembro de River Plate
Por otro lado, el arquero de Boca dijo que no era penal y se quejó de que el árbitro no fue al VAR para revisarlo. Para él no fue una jugada clara, no es muy cierto si existe el roce o no.
El motivo del pleito fue que los del River le celebraron en la cara el gol a Boca.
