Una estimación inicial del Departamento de Comercio de Estados Unidos (EE. UU.) registró un aumento en la tasa anualizada del Producto Interno Bruto (PIB) del 2.4 por ciento, después de un ritmo del 2 por ciento en los tres meses anteriores.
Dicho crecimiento económico fue inesperado durante el segundo trimestre debido a la resiliencia de los consumidores y las empresas frente a las tasas de interés.
En lo que respecta al gasto de los consumidores, este aumentó a un ritmo de 1.6 por ciento, mucho más de lo previsto, tras repuntar a principios de año.
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El estado actual de la economía estadounidense está en mucho mejor forma de lo que estimaron varios expertos.
Aunque la opinión de los pronosticadores está dividida respecto a las probabilidades de una recesión, un mercado laboral sólido, un gasto sólido de los consumidores y ahora una inflación más baja han impulsado las esperanzas de que EE. UU. la evitará.
Al respecto, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, indicó que el personal de la Fed ya no pronostica una recesión, después de que el banco central elevara las tasas de interés en un cuarto de punto porcentual.
