Su nombre real fue Juana Ramírez y nació en Hacienda San Miguel de Nepantla, lo que hoy se conoce como Estado de México, vivió entre 1648 a 1695 y fue la última gran poeta de los Siglos de Oro en la literatura.

Escribió numerosos poemas filosóficos, comedias teatrales y obras religiosas.

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Sus poemas se caracterizan por el estilo barroco ya que su poesía era rica en figuras del lenguaje, conceptos ingeniosos y referencias a la mitología grecolatina por lo que Sor Juana buscaba siempre el saber.

Fue una de las primeras mujeres en ser publicadas en España debido a a su cercanía con los Virreyes.

Desde pequeña cultivó una curiosidad para la sabiduría pues a los tres años aprendió a leer en Amecameca en una escuela para niñas, asimismo comenzó a estudiar con los libros de su abuelo.

A muy temprana edad se interesó por acudir a la universidad sin embargo Juana Inés vivió en un tiempo en que las mujeres no eran aceptadas en la Universidad, por lo que fue aceptada como criada de la virreina Leonor de Carreto.

A los 17 años años, fue sometida a un examen público  con el fin de descubrir si su sabiduría era humana o divina, es decir adquirida o infusa, en donde cuarenta sabios le plantearon una serie de preguntas de diferentes temas a los que ella debía responder por lo que por muchos años, era conocida por su sabiduría en lugar de sus obras literarias, por lo que el literario Carlos de Sigüenza y Góngora comentó respecto a Juana “su capacidad en la enciclopedia y universalidad en las letras”.

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Sor Juana Inés de la Cruz fue una mujer controversial e inspiradora pues en un tiempo en donde la sociedad excluía a las mujeres del debate teológico y filosófico, Sor Juana y su curiosidad por la sabiduría rompieron los esquemas ante ese momento.

Para 1960 Sor Juana escribió una crítica al Sermón del Mandato del predicador Antonio Viera, publicado como una carta atenagórica por el obispo de Puebla, Manuel Fernández de Santa Cruz, sin embargo creó controversia pues Sor Juana exhortó a concentrarse en las escrituras divinas y no el las humanas bajo el seudónimo de Sor Filotea de la cruz.

Sor Juana falleció el 17 de abril de 1695, después de el brote de una peste que afectó a numerosas monjas del Convento de San Jerónimo las cuales eran cuidadas por Sor Juana Inés.

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