El piloto francés, Sébastien Orgier, que iniciaba el segundo rallye de su temporada a tiempo parcial en 2023, se colocó en lo más alto del palmarés de México con su séptima victoria en la prueba norteamericana, un galardón que ya había compartido con su viejo enemigo Sébastien Loeb.
Con una considerable ventaja de 35,8 segundos en la última etapa, el domingo fue relativamente sencillo para el piloto del Toyota Gazoo Racing.
Superó los cuatro tramos restantes con gran destreza y obtuvo los máximos puntos extra en el Wolf Power Stage, terminando 27,5 segundos por delante de Thierry Neuville en la prueba en la que debutó en el Campeonato del Mundo de Rallyes de la FIA en 2008.
“El coche ha ido genial este fin de semana y ha sido un rallye impecable para nosotros y para el equipo”, dijo Ogier, que ahora lidera el campeonato de pilotos con tres puntos de ventaja sobre Neuville.
El francés dedicó su victoria en México a su amigo y entrenador fallecido, Lobinger fue pertiguista olímpico y respetado entrenador de atletismo en Múnich (Alemania), donde reside Ogier.
Falleció el 16 de febrero a los 50 años de edad, tras luchar valientemente contra una enfermedad.
Ogier, que triunfó en México por séptima vez el domingo por la tarde, dedicó su éxito al alemán, con quien compartía un fuerte vínculo profesional y personal.
“Era mi entrenador en Alemania”, explicó Ogier. “Se llamaba Tim Lobinger. Tuvo leucemia, por desgracia, contra la que estuvo luchando durante seis años y que desgraciadamente llegó a su fin no hace mucho.
Por su parte, el viernes de Neuville (segundo en el campeonato) en las montañas que rodean León se vio obstaculizado por una serie de sustos técnicos, incluyendo un fallo en la unidad híbrida, un amortiguador de suspensión gripado y un eje de transmisión dañado.
Pero el belga se recuperó en los dos días siguientes, subiendo al podio en detrimento de su compañero de equipo Esapekka Lappi, antes de aumentar la presión sobre Elfyn Evans, que llegó segundo en la última jornada.
Finalmente, Neuville superó a Evans en el último tramo del rallye, el Wolf Power Stage, y se hizo con el segundo puesto por sólo cuatro décimas de segundo. Eso, dice, fue una gran liberación de presión.
“Estuve disfrutando, pilotando todo el fin de semana y divirtiéndome en el coche”, sonríe Neuville. “Incluso si atacaba, sentía que controlaba el empuje. Terminar segundo al final fue una gran liberación de presión.
