Las tormentas y tornados que han azotado las comunidades en el sur y el medio oeste de Estados Unidos durante el pasado fin de semana han dejado un total de 32 personas muertas.
Desde el pasado viernes, un brote de catástrofes naturales generó más de 50 informes de tornados en al menos siete estados que deshicieron por completo casas y establecimientos, arrancaron techos de edificios, destrozaron árboles y lanzaron vehículos por los aires.
Los fallecimientos fueron confirmados en una amplia franja de estados, con múltiples víctimas reportadas en Arkansas, Indiana y Tennessee, donde el número de muertos en todo el estado aumentó a 12 este domingo.
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En el condado de McNairy, Tennessee, se confirmaron otros siete decesos, en donde la tormenta “cruzó nuestro condado completamente de un lado al otro”, aseguró el sheriff Guy Buck mientras las autoridades registraban los edificios derrumbados.
En Wynne, Arkansas – una comunidad a unos 80 km (50 millas) al oeste de la frontera del estado con Tennessee – al menos unas cuatro personas murieron después de que la tormenta arrancara el césped del campo de fútbol de una escuela secundaria.
Al menos cinco fallecimientos fueron confirmados en Indiana después de que se reportaran tres personas muertas cerca de Sullivan, según la policía estatal, mientras que el Departamento de Recursos Naturales confirmó dos muertos en un campamento en el Parque Estatal McCormick’s Creek en el condado de Owen.
Los gobernadores de Indiana, Iowa, Illinois y Arkansas ya anunciaron declaraciones de emergencia o desastre en sus estados, lo que liberaría la asistencia inmediata para los condados afectados.
Por su parte, el presidente Joe Biden emitió una declaración de desastre mayor para Arkansas.
La declaración libera recursos federales, según la Casa Blanca, para ayudar a los afectados en los condados de Cross, Lonoke y Pulaski, que abarca la ciudad de Little Rock, donde hasta la tarde de este sábado se reportaban daños graves pero no muertes.
