Un equipo de astrónomos logró capturar una colisión masiva de asteroides gigantes en Beta Pictoris, un sistema vecino conocido por su temprana edad y su tumultuosa actividad de formación planetaria.
A través de las observaciones obtenidas por telescopio espacial James Webb, estas imágenes son al mismo tiempo un portal en el tiempo, ya que ofrecen una perspectiva única a una de las etapas primordiales de la formación de planetas.
“Beta Pictoris está en una edad en la que la formación de planetas en la zona de los planetas terrestres todavía está en curso a través de colisiones de asteroides gigantes, por lo que lo que podríamos estar viendo aquí es básicamente cómo se están formando planetas rocosos y otros cuerpos en tiempo real”, explicó Christine Chen, una astrónoma de la Universidad Johns Hopkins.
The Beta Pictoris system has it all!
A really bright, close star
A multi-component disk
Exocomets
Two exoplanets
& now: A 10-billion-mile ”cat’s tail.”https://t.co/9xAsTa6ahN pic.twitter.com/sUI6TeEyAT
— NASA Exoplanets (@NASAExoplanets) January 12, 2024
Beta Pictoris está a unos 63 años luz de la Tierra. Durante mucho tiempo estaba considerada como punto de interés debido a su proximidad y a los procesos aleatorios en los que las colisiones y otros factores de formación de planetas determinan el destino del sistema.
Apenas tiene 20 millones de años, lo que la convierte en un sistema casi recién nacido a comparación con nuestro sistema solar, de cuatro mil 500 millones de años.
Beta Pictoris está en una edad clave para la formación de planetas gigantes, pero en la que los planetas terrestres aún podrían estar desarrollándose. Tiene al menos dos gigantes gaseosos conocidos, Beta Pic b y c, que también influyen en el polvo y los escombros circundantes.
Telescopio Webb, clave para detectar los asteroides
El equipo de Chen detectó varios cambios notables en las ‘firmas de energía’ emanadas por los granos de polvo alrededor de la estrella Beta Pictoris comparando los nuevos datos del James Webb con las observaciones realizadas por el telescopio espacial Spitzer en 2004 y 2005.
Con las mediciones detalladas del Webb, el equipo rastreó la composición y el tamaño de las partículas de polvo en la zona exacta analizada anteriormente por Spitzer.
Centrándose en el calor exhalado por los silicatos cristalinos, los cuales son minerales que suelen encontrarse alrededor de las estrellas jóvenes, así como en la Tierra y otros cuerpos celestes, los científicos no encontraron rastros de las partículas observadas en 2004-05.
De acuerdo a la científica a cargo, esto sugiere que hace unos 20 años se produjo una colisión cataclísmica entre asteroides y otros objetos que desintegró los cuerpos en finas partículas de polvo más pequeñas que el polen o el azúcar glass.
“Con los nuevos datos del Webb, la mejor explicación que tenemos es que, de hecho, fuimos testigos de las secuelas de un evento cataclísmico poco frecuente entre grandes cuerpos del tamaño de asteroides, marcando un cambio completo en nuestra comprensión de este sistema estelar”.
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