El pasado miércoles, varios residentes de localidades de Iowa tuvieron que lidiar con el hecho de que una serie de tornados que azotaron el Medio Oeste, redujeron a escombros sus hogares y, peor aún, provocaron la muerte de varios vecinos. Ahora, estas tormentas se dirigen hacia una región aún más amplia de Estados Unidos.
En particular, Greenfield, una pequeña ciudad ubicada a unos 80 kilómetros al suroeste de Des Moines, sufrió graves consecuencias. De acuerdo a Alex Dinkla, sargento de la Patrulla Estatal de Iowa, varios residentes perdieron la vida y algunos resultaron heridos debido al tornado que impactó la comunidad el martes por la noche. No obstante, Dinkla no especificó el número exacto de víctimas ni la naturaleza de las muertes, la situación es crítica.
El martes se registraron al menos 17 tornados en Iowa, parte de una serie de tormentas que han barrido el país esta semana. Estos fenómenos meteorológicos han provocado cortes de energía generalizados, daños a infraestructuras y algunas inundaciones en diversas áreas.
Según el sitio web PowerOutage.us, casi 200 mil hogares y negocios en Iowa, Wisconsin e Illinois quedaron sin electricidad el martes por la noche. Con las tormentas previstas para este miércoles en el este, se esperan aún más apagones y posibles daños adicionales.
A su paso, el tornado de Greenfield dejó una gran franja de viviendas destruidas, árboles caídos y vehículos volteados en el poblado de unas dos mil personas, ubicado a 88 kilómetros (55 millas) al suroeste de Des Moines.
Además, el tornado también causó enormes daños en las turbinas de energía eólica localizadas a varios kilómetros de la localidad.
Kimberly Ergish, de 33 años, residente de Greenfield, y su esposo excavaban el miércoles entre los escombros de lo que solía ser su casa en busca de fotografías familiares y de cualquier otra cosa que pudieran rescatar. No había mucho.
“No pudimos salvar la mayoría de las cosas […] Pero nos quedaremos con lo que podamos”.
Ergish aún no se hace a la idea de que su casa quedó destruida en cuestión de segundos, admitió.
“Si no fuera por todos los golpes y moretones y los huesos adoloridos, pensaría que esto no pasó”, declaró.
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