Una de las estrategias que está utilizando el equipo legal del expresidente Donald Trump consiste en solicitar prórrogas de tiempo para prolongar el caso. El último ejemplo de esto es la petición para que el juicio federal en contra del mandatario por el intento de influir en el resultado de las elecciones presidenciales de 2020 se celebre en abril de 2026.
De ser aceptada, la solicitud realizada bajo el argumento de la complejidad del caso, le daría lugar al juicio año y medio después de las próximas elecciones presidenciales en las que aspira a volver a la Casa Blanca.
Cabe destacar que el fiscal federal Jack Smith ya había propuesto la primera semana de enero del año próximo como fecha para principiar la selección del jurado y comenzar el juicio.
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El fiscal acusa a Trump de cuatro delitos expuestos en su pliego de cargos:
- Manipulación de testigos
- Conspiración para defraudar al Gobierno estadounidense
- Conspiración para obstruir un procedimiento oficial
- Obstrucción o intento de obstrucción de un procedimiento oficial
- Conspiración para violar derechos civiles
Por su parte, el expresidente sostiene la versión de le robaron las elecciones de 2020, aunque la ley no le acusa por dicho argumento, sino por todos los actos en los que incurrió para cambiar los datos del resultados e impedir la proclamación de la victoria de su contrincante, el actual presidente Joe Biden.
La jueza Tanya Chutkan será la responsable de determinar el calendario para el juicio, tras analizar los argumentos de cada parte involucrada.
Asimismo, los abogados de Trump tienen algún argumento de peso para rechazar una apertura tan rápida del juicio oral como la que recomienda el fiscal. En su petición para posponer el caso hasta 2026, hacen énfasis en lo complejo del caso y el desmedido volumen de documentos del sumario, a los cuales todavía no tienen acceso.
